Un trago de tequila
- Emiliano Zavala Arias
- 17 sept 2021
- 1 Min. de lectura
Émili de la Zelva
Por ti arde en mi garganta rota, el silencio de mis gritos a escondidas. Suspiro de dragón encadenado en sí mismo. Acompañado con sal de lágrimas viejas y gestos por el agrio recuerdo. Habrá el tiempo atrapado en su resina aquella noche en que tu mano áspera tomó la mía para arrancarme del resto del mundo. Sentados a la orilla de un sueño, que parecía el escalón de la plaza de la merced en san Cristóbal de las casas, fuimos dos espíritus que hicieron las palabras ceremonia. Y entre risas de humaredas verdes tus ojos de cenote, azul maya, me robaron la sangre y no pude hacer algo, a penas observar tus labios, tus miedos, cicatrices. Por ti arde en mi garganta rota, el silencio de los gritos a escondidas. Suspiro de dragón encadenado en sí mismo. Lo acompaño con sal de lágrimas viejas y gestos por el agrio recuerdo
de aquella noche de ámbar
que perdura en mi memoria.

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