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Foto del escritorEmiliano Zavala Arias

Lenguaje inclusivo. ¿Problema de gramática o de discurso? Invitación a escuchar a Concepción Compa


Emiliano Zavala Arias


En el ensayo de hoy no sólo me propongo contestar si el lenguaje inclusivo es necesario, sino problematizar la continua lucha por tener la razón ¿los que están a favor, o los que están en contra? ¿Y si ambos tuvieran parte de la verdad? Lo preocupante es que seguimos atacándonos entre nosotros, y compitiendo por callar al “otro” bando, al que no “pertenezco”; discurso que a políticos y estafadores les gusta inflar y a la vez tomar partido para aparentar estar del lado “correcto”.

Para ello me basaré en una estupenda conferencia hecha por la doctora Concepción Company para la FIL (Feria internacional del Libro) que trata sobre el lenguaje inclusivo, donde señala la diferencia entre gramática y discurso para poder llegar al problema de fondo. “¿Qué tiene que ver la gramática con la discriminación? Nada. ¿Y qué tiene que ver el discurso? Mucho.” –argumenta la doctora Company.

Hace unos meses se volvió viral la grabación de una clase virtual en la que, después que un estudiante se expresó usando el lenguaje inclusivo, el profesor se burló del joven hasta insultarlo. Sabemos que agredir a una persona es uno de los más bajos recursos utilizados en el diálogo, sin embargo, en redes pareció ser motivo de risas y de compartirse. Fuera de si usar el lenguaje incluyente cumple con sus finalidades o no, nadie nos da el derecho a hacer menos a cualquier persona; es justo contra eso que lucha la propuesta de inclusividad, contra una situación de poder y de sobajamiento.

“Es un hecho inobjetable, aunque sea totalmente reprobable, que todas las sociedades discriminan. Es un hecho sabido que discriminación y poder van de la mano; el que discrimina tiene poder sobre el discriminado.” –establece Concepción Company. Con el propósito de escuchar y dar su lugar a lo que más tarde debatiré, estos son los argumentos que la conferencista atribuye a quienes defienden un cambio gramatical. Uno, que la lengua otorga identidad; dos, que el lenguaje es una actividad cotidiana que atraviesa a todo ser humano (hasta ahora estoy más que de acuerdo con ambas); y por último que hay una creencia de que en la visión de un pueblo sobre el mundo está metida directamente en la lengua.

Es sobre este último punto que comenzaré a debatir, pues, no es cierto que en la gramática se meta directamente la visión de un pueblo, esto ocurre por sedimentación secular; a través de los siglos se asientan los símbolos del inconsciente. El masculino no tiene nada que ver con el ser hombre, incluso, cosa curiosa del inconsciente, en las reglas gramaticales sobre los plurales es el masculino el que funge un papel inclusivo, como en “tengo 4 hijos, dos mujeres y dos hombres” y en cambio es el femenino el que discrimina como por ejemplo en “tengo dos hermanas”.

Lo que es cierto es que el discurso de una sociedad está relacionado inmediatamente con su manera de ver el mundo; aquí reside el verdadero problema del idioma, cuando usamos el lenguaje para discriminar a los demás, cuando el fin de nuestros argumentos es insultar y hacer menos a las personas.

Entonces la gramática –comenta, Company– es arbitraria y neutra; masculino y femenino no tienen nada que ver con el género, pues explica que en países como Irán, donde se habla el Farsi (idioma que utiliza un sólo género, el neutro) la discriminación es visible incluso en la vestimenta que cubre por completo el cuerpo de la mujer. Otro ejemplo claro es el cómo hacemos uso del lenguaje computacional para referirnos a temas relacionados con el amor, como en “tuvimos una conexión a primera vista”, o “cuando supe que le gustaba hice corto circuito”. o “su forma de ser era perfecta para mi algoritmo”. El significado y el significante de un mismo término o terminación pueden cambiar según su utilidad.

Quiere decir que nosotros dotamos de un discurso a las palabras, a las distintas maneras de expresarnos, de vestir, a las letras; somos nosotros quienes queremos imponer un sexo a las o´s o a las a´s y no al revés. Que un político pueda expresarse de manera gramaticalmente inclusiva, no asegura que tome en cuenta a mujeres, a indígenas, a analfabetas, y los respete como personas en los proyectos de gobierno.

El mismo lenguaje incluyente es una solución que nace a partir de la escritura en redes sociales y que deja de lado a la mayoría de hablantes de un idioma que no lo leen ni lo escriben; ¿Cómo se pronuncia en voz alta una “x” o un “@”? En este contexto el lenguaje no termina siendo nada inclusivo.

Con el recuento que hago de la conferencia de la doctora Concepción Company no pretendo explicarla ni darle más visibilidad, pues reconozco que me llevaba años de experiencia, conocimiento del caso y tiene un público inmensamente mayor al mío. Lo que quisiera con este ensayo es contagiarles mi asombro por su trabajo y vayan a buscarlo a youtube (dejo el link de la conferencia citada al final del texto), no nada más porque argumenta mucho mejor que yo, sino por su buen humor y la divertidísima y ligera forma de exponer su profunda investigación. Y a partir de ello poder dar una conclusión propia.

Cuando el discurso trate de dicotomías, de posturas inscritas en el blanco y el negro, debemos tener cuidado con caer en uno u otro bando; entendamos que somos parte de lo mismo. Ni uno ni otro están bien, sino todo lo contrario (jaja); la síntesis de las nobles causas que contempla el lenguaje inclusivo; más que representar mediante el lenguaje, aprender a escuchar “inclusive” a quienes desde su incapacidad para entender una problemática milenaria y profunda como lo es la discriminación a causa de las relaciones de poder, no les queda de otra que insultar, y sobre de todo, tener humor para sobre llevar las problemáticas de la vida.


https://www.youtube.com/watch?v=mJVlyKkNWtI&t=14s


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