El derrumbe de un tramo de infraestructura de la línea 12 del metro en Ciudad de México dejó al menos a 25 fallecidos y 79 heridos. Tristemente las muertes en México son un número más. Sus nombres salen solo en las listas de hospitales o fallecidos. En mitad de una pandemia y un país en crisis, las estadísticas registran un mal tiempo en la sociedad mexicana.
Esta ha sido la gota que derramó el vaso, y lo ha derramado encima de un río de sangre. Quieren esconder más muertos con el arroyante paso del tiempo. Las noticias usan el lenguaje para ir diluyendo las consecuencias, mas la sangre ha desbordado las compresas políticas. Estamos hartos de estar hartos, de fingir que todo está perfecto.
Todo México sabemos que fue negligencia del estado. Hoy más que nunca es evidente que la corrupción mata. Porque esto no es novedad; venimos arrastrando un país que gobiernan los imbéciles y que gente trabajadora paga el impuesto en nombre del progreso y los grandes tratados de libre comercio.
¿Y qué dicen los responsables de la caída de la línea dorada? Como siempre, los políticos son expertos en andarse por las ramas. Hablan de esperar al peritaje para poder determinar de quién fue el “error”. Si lo que nos importa no es encontrar culpables; sabemos que se van a señalar entre ustedes solos como siempre. ¿Por cierto, ya sabes por quién vas a votar este 2021?
¿Enserio vamos a seguir votando por el menos peor?
Es que la organización de nuestro país es una burla. Viendo el debate de los candidatos para el gobierno de Querétaro caí en cuenta de dos cosas: Que se dedican a desvirtuar a los otros partidos y a atacarse con “chismes” ( lo que es ridículo, a un debate van a convencernos de porqué debemos votar por ellos, no a explicarnos porqué aquél es peor que ustedes; y segundo, que ningún candidato propone proyectos o empresas tangibles, siempre nos marean hablando de los temas cotidianos, como el feminismo, la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción; se inflan el pecho y nos prometen lo inalcanzable.
Por supuesto que nos van a prometer más y nos van a dar menos, si es la premisa esencial de la mercadotecnia; para crear una ganancia de la nada hay que inflar el valor de la recompensa y mermar el resultado. Por supuesto que la política es una idea absurda, lo ideal sería que nos regresen la autoridad que nos robaron, el capital del pueblo, el poder para que cada individuo pueda hacer.
En nombre del impuesto nos han impuesto tributos hasta por respirar, cuando sabemos que el estado acapara la riqueza en sus bolsillos. ¿O acaso no vemos que ni lo en extremo necesario atienden? No se piden vagones de lujo, con aire acondicionado y pantallas planas para ver los anuncios del metro; pedimos que atiendan Pantitlán, que atiendan los llamados de la misma gente que usa el transporte público y que ya había reportado las condiciones de la línea doce.
Aún más importante es darles un lugar a los que les robaron la voz, a sus familiares que se han llenado el vacío de sus seres queridos con angustia y rabia.
Por ahorrase un dinero, por clavarse una lana, los responsables de la construcción y el mantenimiento de la línea doce se han ganado el título de asesinos. ¿Qué pasa con los que no volvieron a casa por culpa de la negligencia del estado? Al que se venía durmiendo en el metro, cansado de trabajar varios turnos; al niño desaparecido que se encontró sin vida; a la mujer que unos minutos antes había hablado con su madre para decirle que estaba a dos estaciones de tomar el camión a casa; que hay con la muchacha que usaron de escalón para salir del accidente y sufrió de fracturas en las costillas y derrames internos... de los aproximadamente 25 fallecidos, mas o menos, algo así... Uno más uno menos para la historia de México.
¿Qué es lo que necesitamos? ¿Otra revolución? ¿Un cambio en la educación? ¿Una economía más humana y menos matemática?
Quisiera tener alguna de las respuestas, saber cómo recuperar el poder y capital que nos ha quitado el gobierno con las leyes y reformas; quisiera soñar un mundo sin políticos y con más gente preocupada por su alrededor. Se cree que los políticos son necesarios para el orden público, se nos trata como niños chiquitos que no sabemos cuidarnos a nosotros mismos.
El celular y la computadora son una increíble herramienta para alejarnos de la sociedad. Nos esclaviza, es más, añoramos ser esclavos del nuevo modelo, trabajamos en nombre de la tecnología, para llegar cansados a casa a ver la nueva película de moda. O para no llegar. Sí vamos a seguir siendo un número en el sistema, al menos seamos uno negativo, uno que vaya en contra de los proyectos corruptos del estado, que reste en la estadística que infla a los políticos corruptos.
Quisiera poder olvidarme del no hay de otra, siempre ha sido así, voy a votar por el menos peor, cambiar a la gente es muy difícil... Si las gentes no despertamos con lo que acaba de pasar con el metro, con el feminismo, con las muertas de Juárez, con Atenco, Tlatelolco, Ayotzinapa, y un inmenso etcétera hacia el pasado; no sé para cuándo seguiremos estancados en las aguas de la corrupción, derramando un vaso que flota en la sangre de nuestros compañeros de época.
¿Y toda esta rabia con la que escribo hoy qué? Si al fin no he resuelto nada. Quisiera agradecer por mis seres queridos y el lugar en que nos desenvolvemos; rezar por el cuidado de nuestros caminos diarios, donde podamos prosperar como seres humanos, brindando el merecido espacio a cada persona en el mundo para que la habite desde su forma única de hacerlo.
Por último, si has llegado hasta este punto te agradezco y me gustaría que leas los nombres de los fallecidos el pasado lunes en la línea 12 del metro de la Ciudad de México, por sus familiares, por las familias de Tezonco, para que sus nombres lleguen hasta los oídos de los responsables y evocar con cada nombre cada vida que se perdió en el terrible accidente, y hacer consciencia que no somos un número más, una estadística redondeable.
Alejandro Mendoza Vega de 53 años.
Angélica Segura Osorio de 43 años
Carlos Emanuel Pineda Bernal de 38 años.
Cristian López Santiago de 41 años.
Evaristo Lucas Santiago de 56 años.
Gildardo Rodríguez Galicia de 53 años.
Immer Del Águila Pineda de edad desconocida.
Ismael Salazar Juárez de 42 años.
José Juan Galindo Soto de 40 años.
Liliana López García de 37 años.
Lorenzo Islas Cruz de 60 años.
Mario Alberto Bautista Sánchez de 25 años.
Miguel Ángel Espinosa Flores de 42 años.
Miguel Ángel Vázquez Castellanos de 24 años.
Nancy Lezama Salgado de 23 años.
René Jorge García Méndez de 76 años.
Santos Reyes Pérez de 31 años.
Sergio Valentín Rodríguez Salcedo de 61 años.
Juan Luis Díaz Galicia de edad desconocida.
Jesús Baños García de 28 años.
Pido por el presente de los mexicanos, que está en terrible crisis y está en nuestras manos abrazar el dolor del pueblo y hacer de ello un futuro más nuestro.
Kommentare