Sabina Berman hace un uso exacto de cada elemento de la dramaturgia para situarnos en la mirada particular del psicoanalista; la relación entre Dora y su sexo, el puro del doktor freud de forma fálica que además refiere a su postura intelectual. Frente al padre del psicoanálisis encontramos una joven e inocente mujer, también avispada y de carácter, echada para “adelante”.
Para comenzar diré que se muestran dos tipos de similitudes entre los personajes. Uno es, en los nombres parecidos según los roles que juegan en la obra: Frau K. y Frau F. Ambas esposas, ambas sumisas; Herr K. y Herr F. Esposos, ambos impotentes (cada uno a su manera) y a la vez, controladores.
La otra similitud se da gracias a la indicación de que distintos personajes deban ser representados por el mismo actor o actriz. Varios ejemplos serían Dora (adolescente y personaje principal), Ana (hija de Freud, y Gloria (feminista); entre todas forman la figura de una mujer inteligente, y de carácter extrovertido; a diferencia de las adultas que se muestran sumisas y serviciales, tal como es el caso de Marta (esposa de Freud) y las dos Frau’s.
Mas adelante, Freud como autoridad en el tema, valora a su paciente como histérica; padecimiento que se pensaba incurable. Sin embargo, en el subtexto se va tramando algo que forma parte de una equivocación en la vida real de Freud, en que insinuaba una teoría errónea sobre la sexualidad femenina: la famosa envidia del pene. La obra determina una crítica al olvido de mujeres víctimas siempre de autoridades masculinas que han ganado su éxito a costa de ellas.
Así mismo los micro machismos, como el hecho de que una mujer no pueda llevar el negocio de su padre, o el rol servicial y obligado en las mujeres mayores, cercan los sueños de una joven Dora y enaltecen la mirada de los especialistas que buscan implementar métodos científicos para “curar” lo que a ellos les parece una enfermedad mental
Freud llama a su paciente Pandora, por confidencialidad dice él, y en un acto de restar importancia lo reduce a Dora. Acto común en la perspectiva machista de la historia que borra los nombres de las mujeres que tuvieron que ver en los más importantes fenómenos sociales.
Dora, una adolescente notablemente inteligente, no es la caja de donde se liberan los males que la rodean, al contrario, recaen en ella sin su consentimiento; el hecho de que la traten como enferma por su homosexualidad (símbolo del amor de una mujer a otra mujer); el no-matrimonio de sus padres y la relación entre ambas familias (con la de los amantes Herr F. Y Frau K.) de compañerismo, y la rara aceptación de matrimonios no funcionales; el acoso (hasta entonces dudoso) de Herr F. que “es como un tío para ella”; o el hecho de que a su madre se le encogió la inteligencia al casarse, y se la pasa limpiando a pesar que tiene dos sirvientas.
Lou, otra de las mujeres en la obra, fue una importante asistente de Freud en el consultorio, que revela mediante la plática con Gloria (personaje feminista) que los conceptos y conjeturas de Freud lo rebasan a él mismo, por lo que es imposible una objetividad en el análisis, o mejor dicho en el psicoanálisis. Aun así, la obra concluye con la consagración de Freud ante la sociedad y el CCSP como un séquito de hombres intelectuales. Por otra parte, vemos el espíritu roto de una Dora adulta y aparentemente sumisa, que aun después de huir de las problemáticas que se le instauraban la alcanzaron en lo más profundo del inconsciente.
En general Sabina Berman, hija de una gran mujer psicoanalista; nos pone de frente a la incapacidad del psicoanálisis para dar lugar y nombre a las mujeres que se vieron afectadas en el proceso y como esto les ha robado su identidad a través de la historia para enaltecer a hombres montados en sus anchos libros, estudios, autoridades y razones lógicas para destrozar el imaginario de una joven homosexual pero, antes que nada, un ser humano fiel a sí mismo y libre de prejuicios mentales. La obra de la escritora mexicana es un grito de denuncia que permite un lugar para todas las personas víctimas de situaciones en desigualdad de poder.
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